Obstáculos y Eficacias en la cura.
Selva Acuña
Recuerdo
haber provocado indignación en esa clase de colegas que llegado el caso
saben parapetarse tras no sé qué énfasis de buenos sentimientos
destinado a tranquilizar no sé a quién, cuando dije que en el análisis
la curación llegaba en cierto modo por añadidura.
En
ello se, creyó advertir algún desdén hacia aquel a cuyo cargo estamos,
hacia el que sufre. Pero yo hablaba desde un punto de vista
metodológico. Es bien cierto que nuestra justificación y nuestro deber
son el de mejorar la posición del sujeto. Sin embargo, entiendo que nada
es más vacilante, en el campo en que nos hallamos, que el concepto de
curación.1
Creo
que esta cita nos sitúa de lleno en el tema y me parece una ocasión de
revisar justamente la cuestión de lo que entendemos por curación y en
relación a esto pensar cuales son los obstáculo y cuales las eficacias.
Si
se fijan el título, astuto sin duda, habla de obstáculos y eficacias.
Se usa el plural. No se habla del obstáculo, ni de La eficacia. Y bien
cuando Lacan se refiere al concepto de curación, indica lo difícil que
es en psicoanálisis ponerse de acuerdo al respecto. Es sabido cuanto
detestaba él la sustantivación. Tal vez, arriesgo,no sería mejor hablar
de curaciones, de finales?
Esta
es una época distinta a la de Freud donde la idea de eficacia,
proveniente de la ciencia, quería que entre la idea y su concreción en
la práctica, hubiese la mayor adecuación posible, y que sea en lo
posible repetible y verificable. Porque entre la idea y su concreción en
la realidad se verifica que suele haber pérdida. La discontinuidad que
se produce habitualmente entre la teoría y la práctica en nuestro campo
así lo atestigua.
En
la eficiencia hay un ideal de rapidez, es decir de ahorro de tiempo y
en lo posible de recursos. La concepción capitalista de la eficacia es
la productividad. Lo que permite abrir la producción en serie. Esto
alcanza como todos sabemos al ámbito de la salud, incluido la de salud
mental. Ej:
Un
paciente joven, con disfunción eréctil en su matrimonio, recurre al
médico, quien le receta Viagra, la solución al alcance de la mano, pero
hete aquí que pudiendo responder a la demanda sexual de su mujer, surge
una preocupación de carácter hipocondriaca, bajo la forma de miedo a
que el medicamento le afecte el corazón, la visita a los médico se
multiplica, hasta que finalmente luego de sucesivos chequeos y análisis
destinados a disipar su preocupación y que confirman que no hay nada
malo que temer, empiezan a aparecer síntomas de carácter netamente
obsesivos que finalmente lo llevan a la consulta con un psicoanalista.
No
es que la receta médica no fuera eficaz, efectivamente, el síntoma
había desaparecido. Pero el sujeto de deseo quedaba por fuera de la
cuestión. Y entonces el síntoma reaparece como otra cosa.
Es evidente que la eficacia, en nuestro campo no parece responder a dichas exigencias.
La
eficacia del acto analítico no está precedida por un saber, modelo o
idea anterior, sino que la eficacia aparece sancionada por el paciente,
en esa singular temporalidad que Lacan conjuga con el “habrá sido”. Se
trata de un efecto retroactivo, al modo de “Nunca lo había pensado así”
La
presencia del inconsciente, con su pulsación de apertura y cierre, no
constituye otra cosa que lo que pulsa por realizarse, no hay ontología
allí, sino la de lo no realizado. Algo que espera lo que puede
definirse como encuentro tyche. Por eso Lacan citaba a Picasso cuando
decía, “yo no busco encuentro”. En este sentido la posición del analista
es la que se abre al encuentro a la escucha de lo que rompe el “sentido
común”, para abrir la palabra a la posibilidad poética.[2]
La
espinosa frase, que retoma Lacan, en la que se afirma que la curación
viene, por añadidura pone el énfasis en el método, que Lacan llega a
formalizar como discurso, mostrando su lógica. Serán definidos como
formas de gestionar lo que Lacan llamará incurable. Hay allí un punto de
insuficiencia. Toda vez que se intenta reabsorber lo real, en lo
simbólico hay la producción de un plus causado por el intento mismo de
reabsorber lo real sin pérdida en lo simbólico. Sin embargo, se
gobierna, se educa y se analiza.
Cuál
es la eficacia de un análisis? Para Lacan, en principio, llevado al
extremo es una máquina de producir analistas. Que es un analista? Sería
alguien que tiene la oportunidad y la toma, de anudar de una manera
nueva su historia a los límites de la estructura. Claro está si el
recorrido lleva hasta el final.
La
pregunta por la eficacia psicoanalítica tiene como contrapartida el
reconocimiento que hay en la neurosis una eficacia primera. Freud
hablaba allí de un acto de elección, esa elección como nos mostró Lacan
tiene la lógica de una elección forzada. El método, que supone contar
con el inconsciente, la pulsión, la repetición y la transferencia, lleva
al sujeto luego de un recorrido que empieza por el síntoma a una cita
inexorable. Allí Freud forjó un oxímoron el de la roca viva, cuyos otros
nombres son angustia y castración. Arribado a este lugar, toca al
viajero, avanzar e Inventar otra cosa que la queja, la rebeldía , el
desaliento o retroceder. Freud tenía una idea precisa al respecto, no se
trata de algo heroico, ni una vacuna para vivir sin dolor, anestesiado,
en sus palabras, Es grande la ganancia sí conseguimos mudar su miseria neurótica en infortunio ordinario.[3]
El
problema que se plantea es como se pasa, como se trasmite esta
experiencia, experiencia de la que eventualmente sale un analista, pero
que más allá de lo eventual, es siempre exigible a quien quiere serlo.
La experiencia es la inversa de la eficiencia, no se trasmite sin
pérdida, y este problema, este obstáculo es el que debe ser respetado,
en tanto el saber, es no todo, y ese no-todo es el que nos hace
trabajar, escribir, amar y porque no, hablar, polemizar, acordar tal
vez, , como lo haremos a lo largo de estas jornadas sobre qué cosa es
esa eficacia y que cosa es un obstáculo.
J. Lacan Seminario X Clase 5
[2] El análisis, más que ninguna otra praxis, está orientado hacia lo que, en la experiencia, es el hueso de lo real.[1](..)Dónde encontramos ese real?. En efecto, de un encuentro, de un encuentro esencial se trata en lo descubierto por el psicoanálisis, de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle.[1]
[2] El análisis, más que ninguna otra praxis, está orientado hacia lo que, en la experiencia, es el hueso de lo real.[1](..)Dónde encontramos ese real?. En efecto, de un encuentro, de un encuentro esencial se trata en lo descubierto por el psicoanálisis, de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle.[1]
[3] Psicoterapia de la Histeria.
Si. Freud
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